Queridas gentes:
Sinopsis
Con Plebeyos bailes queremos dar a conocer una parte olvidada de la música popular del Siglo de Oro: la práctica musical de las mujeres de las capas sociales más populares que se reunían a tocar, cantar y bailar en la clandestinidad.
Bailes como la zarabanda, la jácaras, villanos, passacaglias, folias y marionas conviven en este espectáculo con el flamenco y el jazz, interpretados por Èlia Casanova y la Tendresa, con la puesta en escena y movimiento de Societat Doctor Alonso y el vestuario de Jorge Dutor.
Se trata de una apuesta por acercar la música antigua a la contemporaneidad, deconstruyendo el formato habitual de un concierto de música barroca para convertirlo en un híbrido que nos permite disfrutar de la música y su interpretación, a la vez que entender otros aspectos intrínsecos del tiempo en el que se creó.
Nuevo disco
Introducción
Es bien sabido que las mujeres nobles practicaban música y era parte de su educación femenina porque era un acto bello y exhibía sus dotes como “criatura amorosa” (casaderas). A diferencia de las danzas que están vinculadas con los músicos de la corte, los bailes son de carácter popular y eran interpretados por las clases más bajas de la sociedad. La música era un entretenimiento de primer orden en todos los ámbitos, plazas, tabernas, cualquier espacio y momento era bueno para la práctica de la música y la danza. La interpretación de ritmos de danza gozó de una inusitada importancia en los siglos XVI y XVII. Crónicas y relatos castellanos recrean ambientes en los que la música de danza estaba continuamente presente. En la vida pública, tabernas y barrios marginales se podía escuchar a los músicos tañendo la guitarra y a los hombres cantando melodías populares y letras con un tono burlesco que hablaban sobre andanzas de un rufián y disputas entre personajes marginados de la sociedad como ladrones, prostitutas, etc. Pero, ¿Y las mujeres? ¿Dónde queda la vida musical de las mujeres pobres?
Si para los hombres distinguidos la práctica musical no tenía otro objeto que la exposición de la virtud y el propio placer, para la mujer noble podía solo representar una opción profesional en tanto que la convertía en una pieza deseable para un convento, susceptible de ser admitida sin dote. En lo que se refiere a las mujeres de baja clase social,»acudir a las casas de los hombres a ofrecer canto y música instrumental es el más descriptivo símbolo de la impudicia». La honra casaba mal con una mujer tañedora de guitarra, lo que nos habla de la concepción erótica que se tenía de la música de instrumentos de cuerda pulsada como lenguaje de seducción. En este marco se vislumbra una misión imposible para las mujeres ser partícipes de festines, ser tañedora en público o dedicarse a la música profesionalmente. Por eso muchas de ellas se reunían a escondidas para sus fiestas particulares, lejos de los hombres.
Encontramos muchos escritos que se refieren a la mujer y su vinculación con la música de forma negativa. Como por ejemplo Pietro Cerone en 1611 consideraba que la afición musical era intrínsecamente femenina, con las peores connotaciones:
“cantar es oficio de frailes y sacristanes, no de caballeros ni gente hidalga. Es recreación dañosa para varones esforzados, ejercicio de mujeres y personas afeminadas y holgazanas”. También un escrito del Papa Inocencio IX (1686), renovado en 1703 por Clemente XI: “La música es totalmente dañina para la modestia que corresponde al sexo femenino, porque se distraen de las funciones y las ocupaciones que le corresponden… Ninguna mujer con ningún pretexto debe aprender música o tocar ningún instrumento musical”. Otro texto extraído de la novela Guzmán de Alfarache de Mateo Alemán que dice así: «Miren los padres las obligaciones que tienen, quiten las ocasiones, consideren de si lo que murmuran de los otros y vean cuanto mejor seria que sus mujeres, hermanas y hijas aprendiesen muchos puntos de aguja y no muchos tonos de guitarra, bien gobernar y no mucho bailar. Que de no saber las mujeres andar por los rincones de sus casa, nace ir a hacer mudanzas a las ajenas.» Una poesía de Gregorio Morillo – El parnaso Español (1605) versa así:
Si sabe algo del Arte del Antonio,
si estudia para monja, o si solfea,
tiene mayor soberbia que el demonio….
Según la musicóloga Ascensión Mazuela la música y la danza eran dos de las actividades diabólicas y lascivas atribuidas, por definición, a las brujas en los tratados de demonología; los procesos inquisitoriales de brujería implicaban frecuentemente a mujeres que participaban en aquelarres cantando, tocando instrumentos musicales y bailando. Y sigue afirmando que en los procesos inquisitoriales de brujería las mujeres de clase social baja cantaban, tocaban y bailaban en los llamados aquelarres o círculos de intimidad. A pesar de cuestionar la honestidad de las mujeres músicas, ellas han tenido un papel muy importante en la transmisión oral, en la creación y en la vida cultutral más allá de esta demonización.
Programa

Marionas – G. Sanz/S. de Murcia ***
Al villano que le dan – Anónimo s.XVII **
Vuestros ojos tienen – Anónimo s. XVII **
Si queréis que os enrame la puerta – L. Briceño **
Ay amor loco – L. Briceño **
Marizápalos – Anónimo s. XVII*
Passacaglia ***
Romerico Florido – Mateo Romero***
Zarabanda ****
Jácara + No hay que decir el primor Anónimo s.XVII
Guardame las vacas – L. Narvaez ***
* Arreglo de Rafael Sánchez Mombiedro
** Arreglo de Miguel Á. López
*** Versión e improvisaciones del grupo La Tendresa
****Arreglo de Pau Canyigueral
Ficha artística
Las deshonradas
Èlia Casanova i La Tendresa
Dirección musical, voz y percusión
ÈLIA CASANOVA
Voz, guitarra barroca y castañuelas
BEATRIZ LAFONT
Violín barroco y voz
AMPARO CAMPS
Guitarra barroca y voz
BELISANA RUÍZ
Viola de gamba y voz
LIXSANIA FERNÁNDEZ
Violone y voz
RAQUEL FERNÁNDEZ
Percusión y voz
ANA NICOLÁS DE CABO
Los sinvergüenzas
Dirección escénica, dramaturgia y coreografía
Societat Doctor Alonso
TOMÀS ARAGAY & SOFÍA ASENCIO
Vestuario
JORGE DUTOR
Espacio escénico e iluminación
CUBE.BZ
Producción ejecutiva
LAS PÉREZ
(MÓNICA PÉREZ y MARTA PÉREZ)
Ayudante de producción y regiduría
SONIA GIL y MARÍA JOSÉ CLIMENT
Creación y realización de vídeo
SAMUEL SEBASTIÁN y VÍCTOR SUAREZ
Fotografías
MIGUEL LORENZO, DENZLE MILLS, CARME RIPOLLÉS, JUAN PEIRÓ
Asesoría de comunicación digital
MÓNICA ABELLEIRA
Comunicación y prensa
CRISTINA QUILEZ
Diseño gráfico & web
LAURA & JAVIER MONSORIU
Plebeyos Bailes en imágenes

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“¿Qué cordura puede haber en la mujer que, en estos diabólicos ejercicios, sale de la composición y mesura que debe a su honestidad, descubriendo con estos saltos los pechos y los pies, y aquellas cosas que la naturaleza o el arte ordenó que anduviesen cubiertas?”
(Historia moral y filosófica, 1590, f. 102)

